Sabemos que al margen de nuestras esperanzas fallidas, la economía y salud del mundo se va a distinguir en los libros de historia entre el mundo antes y después de la pandemia Covid19; hasta noviembre del 2019, las proyecciones de crecimiento eran unos; con la pandemia todo se modificó; los índices posibles de crecimiento se fueron al suelo; y con la invasión rusa a Ucrania, simplemente se le ha dado el último tiro de gracia a las esperanzas de crecimiento y equilibrio.
La economía mexicana hoy…
Como dice Emmanuel, “todo se derrumbó” en lo que a proyecciones y esperanzas se refiere; tanto el Banco de México, como la Secretaría de Hacienda cada año se encargan de ofrecer sus proyecciones para el año siguiente; incluso, estas dos instituciones realizan un “sondeo” con los bancos comerciales y las calificadoras; además de que algunas instituciones internacionales ofrecen sus pronósticos sobre el tema; por ejemplo la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) o el Banco Mundial.
Entre los datos que nos dan el retrato de la economía hoy, podemos ver que las esperanzas de crecimiento están hechas pedazos; hasta antes de la pandemia se esperaba un PIB de al menos el 3%, situación que mejoraría sustancialmente la acumulación de riqueza; incluso se esperaba un poco más del 3%; ya con la invasión rusa, “todo se derrumbó”.
Ahora, tanto la banca privada, como el Banco Mundial, la OCDE y la CEPAL nos anuncian que en el mejor de los casos apenas se va a rasguñar algo cercano al 2%; al margen de que tanto el Banco de México, como la Secretaría de Hacienda sigan ofreciendo un pronóstico un poco superior al 2% del PIB.
Por donde le queramos ver, las cifras no ayudan para nada; se necesita un crecimiento más estable, en este momento en el mundo eso no va a suceder; en México igual, no será.
Si la riqueza no se crea…, no hay de dónde repartir más; por más que los gobiernos quieran redistribuir…, pero si no hay… (¿…?)
La inflación como impuesto injusto…
Cada año, la Secretaría de Hacienda hace su proyección para el mismo; y se esperaba que en este 2022, los niveles de la misma se ubicara entre el 4% y el 4.22%; la realidad terca y grosera nos indica que, aunque nos molestemos; nuevamente usando el pretexto de la invasión rusa a Ucrania, la inflación mundial se mantendrá desordenada y a la alza en casi el doble; pasa en todo el mundo; en México la proyección se ubica más o menos en el 7.5%; situación que no deja nada bueno para el poder de compra del salario; pero es lo que hay.
El tipo de cambio que mejora…
La propia Secretaría de Hacienda y el Banco de México nos dieron su proyección para este 2022, con un nivel de paridad peso/dólar de más menos 21.50/1 dólar; sin embargo, aunque parezca paradójico, ha mejorado la paridad, y se ubica entre los 20.75 pesos por dólar; lo que lo revalúa, y permite mantener una actitud menos negativa ante la vida; una sociedad se siente devaluada, cuando su moneda se devalúa. Hoy podemos afirmar que el tipo de cambio se ha mantenido estable por lo que va del sexenio; al margen de que los críticos habían afirmado… ¡doctores en economía formados en el extranjero o en los centros universitarios nacionales más caros (no necesariamente los mejores), que de ganar AMLO, el tipo de cambio se podía ir de golpe a 25 pesos o incluso a 30 pesos por dólar…; ¡ah, los doctores en economía!
El sector externo y el comercio…
Como lo hemos repetido por más de 30 años en la universidad; ninguna economía que sistemáticamente compra más que lo que vende está haciendo lo correcto; México lo ha repetido por muchos años; no hace lo correcto.
Cuando el presidente presume los altos niveles de comercio que se mantienen con el mundo, y especialmente con los Estados Unidos (más menos el 80% de todo lo que se vende); deja de lado mencionar analítica y críticamente el saldo de la cuenta corriente y de la balanza de pagos; la realidad es que estamos del carajo desde la mitad del siglo pasado con las compras y ventas con el resto del mundo; lo que ha cambiado hoy es la cantidad de mercaderías que se comercian; pero el problema se parece demasiado.
Es penosa la proyección anual que se tiene en relación a la cuenta comercial (mercancías y servicios vendidos contra comprados con el resto del mundo), donde el pronóstico es de manera permanentemente deficitario; se esperaba una pérdida o déficit de un poco más de 8 200 millones de dólares; ahora la cifra supera los 10 500 millones de dólares; eso no es nada bueno.
En la balanza de pagos (se incluye la cuenta corriente más otras cuentas, como de capitales, transferencias, etc.), las cosas se repiten, el pronóstico era de un déficit de algo mas de 8 000 millones de dólares; pero ahora se acepta que será de casi el doble, se reconoce que puede llegar a unos 14 350 millones de dólares; situación que nos refleja el fracaso definitivo de haber abierto el mercado nacional para que se compre lo que sea del extranjero, hasta basura.
Nos pueden…, nos han acusado de proteccionistas por criticar la apertura indiscriminada del mercado nacional; quienes lo han hecho son los mismos doctores en economía que un día le vendieron a la sociedad mexicana que es mejor comprar en el extranjero lo que se puede hacer en México; hasta ser lo que somos hoy, una gran maquiladora para China, Estados Unidos, Japón, Alemania y otros.
¿Cómo vamos…?
No vamos bien; el mundo no va bien, vamos de mal en peor, y seguiremos jugando a las guerritas por que se nos “hinchan ” y se nos vuelven a “hinchar” los “esos”, cada que los intereses de un gobierno se cruzan con los de otro. Se nos “hinchan” y nos vamos mandando al diablo sistemáticamente.
Ya de la inseguridad ni hablamos; de eso hablan todos los días los noticiarios.
Vuelvo a replicar las palabras de J.M.Keynes, el economista más influyente del siglo veinte, cuando advirtió que cada país puede dedicarse a comprar y vender con el extranjero todo tipo de mercancías… ¡siempre y cuando no se ponga en juego los productos de que se alimenta el país…; México sigue dependiendo de maíz, frijol, arroz, trigo, sorgo, leche…; lo que consume a diario la familia nacional…