Especialistas alertan sobre la importancia de prevenir enfermedades crónico-degenerativas y fomentar una vida saludable.
Morelia, Michoacán, 5 de enero de 2025.- Más allá de los propósitos de inicio de año centrados en perder peso por estética, el verdadero objetivo debe ser mantener un cuerpo saludable de forma constante. Especialistas en nutrición y medicina advierten que los buenos hábitos alimenticios y un estilo de vida equilibrado son esenciales para prevenir enfermedades como diabetes mellitus, hipertensión arterial, padecimientos cardíacos y otros problemas de salud crónico-degenerativos.
La alimentación como base de la salud
“La salud comienza en la alimentación”, afirmó Adriana Paredes Mata, nutrióloga, al destacar que las enfermedades relacionadas con una dieta inadecuada afectan a un gran porcentaje de la población mexicana. México lidera los índices globales de obesidad infantil y adulta, un problema que deriva en complicaciones de salud como enfermedades metabólicas, oncológicas y cerebrovasculares.
Por su parte, el médico general Maximino César Jiménez Zavala explicó que en el 70% de los casos atendidos en consultas de primer nivel, especialidades y hospitales, el origen principal de los problemas de salud es una alimentación deficiente.
Ambos especialistas coincidieron en que la clave para una buena salud radica en mantener hábitos permanentes, no solo en temporadas o como parte de propósitos de año nuevo.
Consejos para iniciar y mantener hábitos saludables
Adriana Paredes recomendó retomar una dieta equilibrada tras las celebraciones decembrinas, estableciendo objetivos realistas y evitando soluciones rápidas como productos mágicos o dietas extremas. Subrayó la importancia de consumir alimentos locales y frutas de temporada, combinándolos con ejercicio diario para mejorar la calidad de vida.
Por su parte, Jiménez Zavala enfatizó que una buena alimentación no solo debe centrarse en prevenir enfermedades, sino también en promover un bienestar integral. Destacó que la guía del “plato del buen comer” es una herramienta útil para asegurar una ingesta balanceada y adecuada a las necesidades de cada persona.
Desmitificando los alimentos tradicionales
Contrario a la creencia popular, Paredes Mata afirmó que los platillos típicos mexicanos como tamales, pozole, carnitas y tostadas no deben ser demonizados. “El secreto está en las porciones y en consumirlos con moderación”, señaló, añadiendo que una alimentación equilibrada puede incluir estos alimentos sin comprometer la salud.
Ambos especialistas hicieron un llamado para reducir el consumo de refrescos, que representan una de las principales fuentes de azúcares añadidos en la dieta mexicana. Lamentaron que México sea líder mundial en consumo de bebidas azucaradas, lo que incrementa el riesgo de enfermedades metabólicas.
Educación alimentaria desde la infancia
La educación nutricional desde una edad temprana es clave para combatir la obesidad y las enfermedades relacionadas con una mala alimentación. Paredes Mata, quien trabaja como nutrióloga en guarderías, destacó que los niños deben aprender a valorar los alimentos naturales y desarrollar hábitos saludables que los acompañen durante toda su vida.
Jiménez Zavala añadió que el cuidado de la salud no puede ser impuesto por decreto, pero puede fomentarse desde las escuelas y los hogares mediante programas educativos y campañas de concienciación. También resaltó la importancia de incluir a los padres de familia en este proceso para que se conviertan en modelos a seguir para sus hijos.
Un llamado a la acción
Para cerrar, los especialistas hicieron un llamado a la población mexicana a cuidar su salud de forma integral y permanente, adoptando hábitos como:
- Consumir alimentos frescos y de temporada.
- Aumentar el consumo de frutas, verduras y agua.
- Reducir la ingesta de azúcares, harinas refinadas y grasas saturadas.
- Practicar ejercicio físico diariamente.
- Dormir al menos ocho horas diarias y manejar adecuadamente el estrés.
Finalmente, destacaron que prevenir enfermedades crónico-degenerativas y promover una vida saludable no solo beneficia a los individuos, sino que también contribuye a reducir la carga económica y social asociada con estas condiciones en el sistema de salud.