5W Redactor Revista Digital Informativa
Morelia, Mich., 22 de Septiembre del 2016.- “El saneamiento del Río Duero y de la región Lerma – Chapala no puede esperar más tiempo. El rescate de los afluentes nos debe ocupar porque es el medio por el que cientos de agricultores pueden regar sus cultivos y comercializarlos. Así contribuyen al crecimiento económico de nuestra región, la cual vive principalmente del campo y la agroindustria”, puntualizó Noemí Ramírez Bravo, diputada local del distrito VI de Zamora, en el marco de su posicionamiento a favor del dictamen para rescatar los afluentes de esta parte de la geografía michoacana, efectuado desde la tribuna del Congreso del Estado.
Propuso impulsar y respaldar una partida presupuestal para la construcción de plantas tratadoras y la creación de leyes para regular la descarga de aguas residuales que van a parar directamente a los afluentes. La medida permitirá aplicar sanciones sin distingo a quienes hagan la práctica de contaminación.
“El Río Duero requiere un plan de acción inmediato. No basta con reuniones y mesas de diálogo rutinarias; su problemática exige que se tomen decisiones de fondo y se asignen los recursos necesarios para su tratamiento. Este cauce ha sufrido una grave contaminación de sus aguas que pone en peligro la salud de los habitantes de los municipios de la región de Zamora, así como el futuro de los cultivos, que son indispensables para la economía de las familias” subrayó.
El Río Duero es el principal afluente de la región occidente de Michoacán. Sus aguas son aprovechadas para la agricultura por los municipios de Venustiano Carranza, Briseñas, Chavinda, Jiquilpan, Sahuayo, Pajacuarán, Villamar, Chilchota, Zamora, Ixtlán, Tangamandapio y Sahuayo.
Enfatizó que el acuerdo tomado por los diputados locales, además de resolver un tema ambiental y legislativo, permitirá pasar del discurso a la acción; dejar a un lado el trabajo de escritorio e ir al campo a formular soluciones palpables para los ciudadanos.
“Debemos establecer acciones con los diferentes niveles de gobierno traducidas en políticas públicas que promuevan el saneamiento y conservación de los afluentes; estar al pendiente de que haya el presupuesto necesario para permita aplicarlas y que no se queden en buenas intenciones” dijo.
Reiteró la urgencia de tomar cartas en el asunto y que todas las dependencias, de acuerdo con sus atribuciones, asuman el compromiso de coadyuvar en el proyecto de saneamiento porque sería lamentable que en lo futuro exista un panorama desalentador en la producción agrícola y la salud de la región, por no resolver un problema que puede resolverse con recursos en una fase preventiva.
“No es posible que en un Estado tan rico como el nuestro, nos permitamos en lujo de dejar a un lado estos temas de relevancia, y que de aquí a unos cuantos años, suframos las consecuencias por no actuar con responsabilidad en este tema”, concluyó.
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