Hace unas semanas, el presidente estadounidense Donald Trump estaba decidido a terminar con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), pero algo lo hizo cambiar de opinión: un mapa.
«Estaba listo para terminarlo», dijo Trump en una entrevista con el Washington Post a finales de abril en la Oficina Oval de la Casa Blanca. «Estaba emocionado de terminarlo. Lo iba a hacer».
El problema en ese momento era que el equipo de Trump, como en muchas otras decisiones importantes, estaba profundamente dividido, según el reportaje publicado por el diario estadounidense Washington Post.
Las noticias de que Trump terminaría con el TLCAN viajaron rápido desde Ottawa, Canadá, hasta la Ciudad de México, donde el peso comenzó a depreciarse luego de que portales estadounidenses revelaron que un alto funcionario de la Casa Blanca dijo que Trump preparaba un decreto para retirarse del tratado comercial.
Mientras tanto los secretarios de Comercio, Wilbur Ross, y Agricultura, Sonny Perdue, trataban de convencer al presidente de no firmar ningún documento sobre para sacar a EU del TLCAN.
El secretario de Agricultura incluso llevó a la Oficina Oval un mapa de Estados Unidos que ilustraba los estados en los que impactaría el fin del TLCAN, especialmente por pérdidas en agroindustria y el sector manufacturero.
El mapa también resaltaba que muchas de esas afectaciones impactarían a los estados y condados que votaron por Trump y lo ayudaron a ganar la presidencia, según el reportaje del Washington Post.
«Mostraba que tengo una base fuerte de agricultores, lo cual es bueno», dijo Trump. «A ellos les gusta Trump, y a él le gustan ellos también y voy a ayudarlos».
Ese día por la noche, Trump -que llevaba más de dos años criticando el TLCAN y amenazando con terminar «el peor tratado de la historia- se echó para atrás al decir que las conversaciones con los presidente de México y Canadá lo habían hecho reconsiderar.
El bandazo de Trump sobre el fin del TLCAN es solo uno de varios cambios de postura del presidente de Estados Unidos: dijo que no califica a China como un manipulador del tipo de cambio, luego de meses de pregonarlo; declaró que el TTP «no era obsoleto», luego de afirmarlo desde día uno; amenazó con lograr el presupuesto para construir el muro fronterizo, sólo para echarse para atrás y buscar una estructura de ladrillo. (MNS Noticias)
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