Una tolvanera de opiniones no deja de envolver la atmósfera mexicana ante un desencuentro ostensible forzado por Donald Trump y sus reiterados dichos, ocurrencias y sin sentidos al abordar los temas vinculados a nuestro país. El debate parece interminable y cobra cada vez mayores ramificaciones en el ámbito internacional, el presidente norteamericano es un auténtico ocasionado de la política, su visión parece ir en contra de la misma. Polariza, motiva repudio en cantidades industriales en diferentes latitudes.
México enfrenta un escenario de riesgo ante los anuncios cotidianos del magnate ahora convertido en presidente, incremento del costo de aranceles, edificar un muro que resulta de la ignominia. Es de una necedad pasmosa.
Muchas voces al interior y exterior de nuestro país se pronuncian contra el presidente de Estados Unidos, habría que repensar las relaciones comerciales de México con otras naciones, mirar al sur que, como dijera Mario Benedetti, también existe.
Evo Morales y Nicolás Maduro, mandatarios de Bolivia y Venezuela, respectivamente, se han pronunciado a favor de México. Ante la emergencia política y diplomática los diversos actores, muchos de ellos antagónicos al mandatario Enrique Peña Nieto, se han unido. Las manifestaciones para cerrar filas me hacen recordar lo que dijera el general González Negrete en la etapa convulsa de la invasión francesa en el siglo XIX, “primero patria, luego partido”.
Donald Trump fustiga a las empresas, las hostiga para no invertir en México, casi siempre logra su cometido. El poder lo desequilibra, le hace manifestar su naturaleza troglodita. El diario español El País recién publicó un editorial en el que manifestó que es necesario alzar a voz en el concierto de las naciones iberoamericanas en defensa de México ante los embates y bravuconadas del mandatario estadounidense, rijoso y carente de las más elementales formas de la diplomacia.
En todo este contexto parece que hubo tregua respecto a otras discusiones en la esfera pública como el nocivo gasolinazo, se detecta en Trump a un enemigo común que no es bien visto por un alto porcentaje de estadounidenses, de hecho en el voto popular perdió ante la candidata Clinton.
Ex cancilleres mexicanos respaldaron la decisión del presidente Enrique Peña Nieto de cancelar la reunión que en los próximos días habría de sostener con su homólogo del vecino país del norte. El más acaudalado empresario mexicano, Carlos Slim, criticó a Trump y aseveró que éste plantea utopías regresivas. El Congreso federal respaldó también a Peña Nieto. El propio mandatario mexicano dijo que ante las circunstancias que se viven actualmente se destinarían mayores recursos a los consulados existentes en Estados Unidos en defensa de los connacionales, también agregaría que no habría de su gobierno ni sumisión ni tibieza.
Donald Trump se comporta como un sicario de la política, la bipolaridad manifiesta no puede generar un buen destino. Por ahora ha llegado un viento de unidad en nuestro país.