La comodidad es ese estado en el que el todo está a la medida, nada es más, ni nada es menos, toda calza perfecto. En cierta medida los seres humanos buscamos la manera de vivir de éste modo, y en muchas ocasiones pagamos por estar cómodos en destinos y lugares que ofrecen todo, “a pedir de boca”, (como coloquialmente decimos), o sin mayor esfuerzo, es más a veces esforzarse para obtener algo es incómodo.
Resulta fácil, en la vida, para la mayoría de nosotros tratar temas en los que somos expertos o tenemos la experiencia en desarrollar , así, el matemático hablará de fórmulas, el músico de notas, el profesor de pedagogía; solo por mencionar, movernos de nuestro circulo, de nuestra comodidad, pudiera resultar desagradable o hasta fatal, por lo que el conocimiento general siempre es la mejor opción, para cuando tengamos que hablar o actuar en lugares distintos, a los que son parte de nuestro cotidiano.
Las circunstancias sociales obligan a las mujeres y los hombres de la actualidad, a conocer de diversos temas, sin que necesariamente sean de nuestro interés o de nuestro agrado, sin embargo es valioso abrir la mente a nuevos conceptos e incluso podría ser primordial, aceptar que no sabemos de todo, es un buen principio para revalorar el lema de Descartes que dice “Daria todo lo que sé, por la mitad de lo que ignoro”.
Lo que quiero decir es que el estado de comodidad depende en gran medida (si no es que todo) de lo preparado que estemos para salir al mundo y triunfar. Vea usted, un médico que sólo habla de medicina o un profesor que únicamente habla de sus clases; resultan aburridos.
Podrá pensar que si le quieren escuchar con los temas que usted maneja y en los que es experto, se queden, de lo contrario le abandonen, pero sabe perfectamente que como ente social tarde o temprano, ( y seguramente ya le pasó), ha estado en reuniones en las que los temas son diversos, y no hay motivo porque quedar excluido de la conversación, pues la era de la información en la que vivimos proporciona todas las herramientas para que si no podemos actuar como un hombre o mujer “de mundo”, si lo hagamos con dos o tres datos que la experiencia o contacto con medios informativos nos permitan estar al día.
Hoy día, que está muy de moda la palabra “agusticidad”, podría pensarse, por otro lado, que solo es eso, pasarla a gusto, sin embargo, no se trata sólo de ello, sino que también se ha tratar de estar en compañía de alguien a quien queremos y con aquellos cuya compañía resulta placentera. Si en éste momento eso aún no pasa en tu vida; tener y pasar momentos agradables o de disfrute, no escatime esfuerzos ni recursos en mejorar y alcanzar la inigualable satisfacción.
No nos conformemos con poca información, tratemos de manejar la más que podamos, y si no sabemos preguntemos, sorprendámonos de lo nuevo, no temamos a que nos digan un – apoco no sabías – contestemos – no, no lo sabía- no pasa nada, de hecho es cómodo decir no, si para muchas y muchos su status quo, es ideal, seguramente ha de tratarse de quienes viven en la casa que quieren, manejan el auto que le gusta y viven en compañía del amor de su vida, pero ese ejemplo es poco replicable en el mundo, por lo que se llega a vivir de forma inconforme, inestable y por lo tanto incómodo.
Se insiste en la invitación es para que permitamos que llegue a nuestras vidas más fácilmente la satisfacción, lo que podemos lograr trabajando en lo que nos gusta, haciendo muy bien lo que nos agrada para que no tengamos que hacer aquello que nos causa desagrado, hasta lograr obtendrá los placeres que merecemos o deseamos.
Recordemos que estar cómodos, o a gusto no es cuestión de tener, si no de sentirnos y estar bien con nosotros mismos, mostremos actitud de servicio y aptitud de felicidad, pues ello, más que un fin debe ser la causa por la que subsistamos en la vida, ello nos traerá, a usted y a los demás por quienes siempre debemos de mostramos interés, la tranquilidad y por añadidura la comodidad.