5W Redactor Revista Digital Informativa
Escribí hace unas semanas que conocí personalmente a Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz en 1998 cuando asistió a un evento en el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, el DIF. No ha cambiado nada. A Claudia Sheinbaum Pardo no la conozco personalmente; la primera vez que la vi fue en un noticiero de televisión, jalaba un “diablito” con supuestas pruebas contra el desafuero del entonces Jefe de Gobierno, Andrés Manuel López Obrador; a final de cuentas resultaron recortes de periódicos sin ningún valor; también vi algunas entrevistas que le hicieron como Secretaría de Medio Ambiente del Distrito Federal. Tampoco ha cambiado nada.
Bertha Xóchitl nació en 1963. En Hidalgo. Tiene 60 años y llegó al servicio público invitada por Vicente Fox Quesada, primero como encargada de la Oficina para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas y después como comisionada. Al parecer hizo un trabajo muy efectivo en la Selva Lacandona, la Sierra Tarahumara, en la Región Tepehuana en Durango, en la Cora Huichol de Nayarit y Jalisco, remodeló albergues infantiles indígenas en impulsó proyectos productivos en algunas zonas indígenas del país.
Antes de ser servidora pública era una empresaria de éxito. Es ingeniera y logró reconocimientos en 1994 y 1995 con su empresa High Tech Services, fundada en 1992. En 1999 obtuvo el reconocimiento por el World Economic Forum de Davos, Suiza, como una de los 100 líderes globales del mundo futuro. Es cierto que de niña vendía gelatinas en el mercado del pueblo para costearse sus estudios.
Perdió las elecciones para la gubernatura de Hidalgo en 2010 por el Partido Acción Nacional con el 47 por ciento de votos a su favor. Fue jefa delegacional en Miguel Hidalgo, nuevamente por el PAN de 2015 a 2018 y actualmente es senadora de la república y virtual candidata a la presidencia del país para el periodo 2024 – 2030.
Xóchitl tiene en común con Claudia Sheinbaum Pardo, paradójicamente, que ambas fueron impulsadas por Andrés Manuel López Obrador porque antes de que en Palacio Nacional se le cerraran las puertas a la hidalguense para ejercer su derecho de réplica, la ahora candidata del Frente Amplio por México aspiraba a la candidatura por el gobierno de la Ciudad de México. Claudia Sheinbaum siempre ha vivido bajo la sombra política del tabasqueño, tiene 61 años, nació en la Ciudad de México. Estudió Física y fue la primera mujer en obtener el grado de doctora en Ingeniería en Energía, es investigadora del Instituto de Ingeniería de la UNAM.
Las dos son mujeres preparadas profesionalmente, hablan muy bien inglés. Una es de corte empresarial, la otra lideresa estudiantil desde sus épocas universitarias y después fundadora primero del Partido de la Revolución Democrática y luego del Movimiento de Regeneración Nacional. A Xóchitl le critican que sea malhablada, a Claudia, que sea una mala copia de López Obrador, pero sin su carisma.
Xóchitl es una advenediza de la candidatura a la presidencia, tiene mucho qué aprender y si no ubica bien sus mensajes con congruencia para la mayoría, no va a llegar muy lejos y se va a desinflar a mitad del camino; Claudia se ha venido preparando desde hace más de tres años cuando López Obrador prácticamente la “destapó” como su favorita. Es el momento de demostrar lo que ha aprendido, lo difícil será desligarse de su jefe si llega a ganar y tomar sus propias decisiones. Los analistas políticos están seguros que el actual presidente no se va a retirar, al contrario, acostumbrado a su liderazgo, va a querer influir abiertamente en el gobierno de Sheinbaum, si gana.
Va a ser la primera ocasión que dos mujeres compitan por la presidencia de la república. De esa manera, una mujer va ser presidenta de México, un hecho histórico en el país. Ojalá que ambas estén a la altura de esa circunstancia; una de ellas tendrá mucho qué hacer a partir de octubre de 2024.
