La mayoría de nuestras autoridades se han pronunciado frente a la pandemia que afecta al mundo de distintas maneras, todas lo han hecho pensando en lo que tiene que ver con la atención a los contagiados e incluso respecto a apoyos a quienes han perdido la batalla frente al COVID. Sin embargo, aunque se han realizado grandes campañas y esfuerzos por la adopción de medidas sanitarias que eviten los contagios, como las ya conocidas referentes al uso del cubrebocas, el gel antibacterial, la sana distancia, estornudo de etiqueta, o evitar aglomeraciones sociales, existen otros ámbitos de la convivencia humana y del desarrollo integral del ser que han dejado en el abandono.
Aunque tener tiempo libre por gusto u obligación permitiría la atención de temas domésticos, es posible que también se pueda aprovechar para hacer lo que más nos gusta o agrada, por ello, tomar nuestra propia terapia invirtiendo minutos, horas, días semanas o meses a aquello que nos apasiona, debería ser una de las mejores salidas a cualquier momento de ansiedad, depresión o nerviosismo que se presenten como consecuencia de pasar tanto tiempo en casa.
Los gobierno se han olvidado de áreas básicas para la formación integral del sujeto, sobre todo de aquellas que tienen que ver con la creatividad, el arte y la cultura, y han considerado (tal vez), que no es preciso invertir en las intervenciones culturales, por ello se han dejado de usar espacios destinados a las exposiciones o puestas en escena, debido a que sus consideraciones son darle prioridad a los gastos ocasionados por la urgente necesidad de oxígeno, oxímetros u otros materiales para la protección de la vida. Sin embargo, mantener la mente ocupada de los habitantes de cualquier parte del mundo u ofrecer materiales y actividades artísticas no solo incitan a las niñas, niños, jóvenes y adultos a aprender una nueva actividad, sino que ayuda a la liberación de sustancias esenciales para mantener el equilibro mental.
El sistema educativo nacional, nunca se preparó para que los estudiantes recibieran educación a distancia, ni que los docentes fueran diestros en herramientas digitales aptas para la enseñanza, y lo mismo sucedió con la cultura, pues en casi todos los municipios, estados y la federación, el asunto cultural, se ha visto como relleno, como acciones sin relevancia para la mayoría de los dirigentes de las administraciones públicas, que han preferido dejar en la anonimia a la gente y evitarles la fatiga del libre pensamiento o el razonamiento crítico que podría poner en tela de juicio sus políticas aplicadas en sus administraciones.
Tal parece que a las personas también nos sigue si gustando vivir a expensas de lo que nos puedan dar, y seguir votando por los que entregan despensas o una paca de cartón, y no privilegiar o premiar a la candidata o al candidato de las ideas, de los proyectos que nos devuelvan el amor por la libertad, que sólo se obtiene cuando tenemos acceso a la información diversificada que nos abre la ventana a la cultura general.
Mientras sigan cerrados los teatros, en tanto los museos, las salas de arte, la bibliotecas y sus libros, las cinetecas y sus películas y todo el contenido cultural no llegue a la sala de los hogares, seguirán siendo las novelas de televisa y los concurso de tv azteca, los que reinen en el pensamiento del grueso de los ciudadanos que siguen pensando en sacarse la lotería, en el joven que espera el hombre rico o el joven que se vuelve rico de la noche a la mañana siendo parte de las delincuencia que en cada serie de Netflix, se enaltece enarbola y fomenta.
Señoras y señores del gobierno, asesórense, permitan que se llevan a cabo la apertura de andadores de culturales, háganlo destinando recursos económicos y humanos para que, aun viajando en un vehículo particular o público, e incluso caminando se pueda pasar por las calles, o podamos ver en los camellones de un gran boulevard la pintura, la fotografía, o la escultura de nuestros artistas.
Autoridades, consideren que la cultura es parte de la prevención en materia de salud, entre otras cosas por las emociones que el arte despierta, no hagan que por sus malos manejos de recursos y su incapacidad de pensar en los otros la imaginación de las y los artistas, no sólo se quede guardada, sino que desaparezca; no sean omisos ni ciegos a las necesidades de la comunidad artísticas de México, recuerden que su periodo de gobierno puede acabar, que gobiernos van y vienen y la cultura se queda.
No permitamos que muera la cultura, ni por acto u omisión dejemos de crear, de escribir, de imaginar, o de implementar estrategias de administración cultural, que provea de recursos de todo tipo, a toda y todo hacedor o amante de las bellas artes.
Tayde González Arias