Lo más granado del empresariado del Arco Mediterráneo y de otras partes de España, en número reducido de unos 300 asistentes por las restricciones establecidas como consecuencia de la Pandemia, y con todas las medidas de salud y seguridad exigidas, han venido a concentrarse en un acto que contó con la presencia del ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, y otros responsables públicos, y con una repercusión mediática y social que pone de relieve la trascendencia y respaldo con que cuenta esta infraestructura. Nadie pone ya en duda que es una infraestructura vital por su impacto sobre la competitividad y sostenibilidad de la economía nacional y fundamental para impulsar la reconstrucción y reactivación de la economía española y la creación de empleo en un momento tan decisivo como el actual, con una profunda crisis económica y social generada por la pandemia de la Covid-19.
En un momento en que el país necesita reestablecer la confianza y la promover la concertación de esfuerzos para superar la angustiosa situación económica y social, además de sanitaria y psicológica, que la pandemia ha creado, el gobierno de España debe tomar conciencia del papel estratégico de este proyecto para construir un futuro prometedor. Reconociendo el interés mostrado por el ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana en este proyecto, y los avances realizados en el Corredor durante el tiempo que lleva en el ministerio, en el momento actual es necesario que ponga toda la carne en el asador para agilizar el proceso y ejecutarlo plenamente de forma acelerada. Sólo así dará respuesta a las justas críticas del mundo empresarial por los retrasos sufridos por esta infraestructura y la fuerte reivindicación social existente para la agilización y rápida ejecución de la misma.
En el contexto actual, con una crisis económica y social sin precedentes en España en más de setenta años, este proyecto tiene un papel central en la estrategia de reconstrucción y transformación económica que el país necesita para generar un proceso sostenido de reactivación económica, creación de empleo y de un modelo productivo informado por la competitividad, el cambio hacia la economía del conocimiento y el desarrollo sostenible. Porque el Corredor Mediterráneo, como ya pusimos de relieve en un artículo anterior, no sólo comporta una mejora en la competitividad de las actividades actualmente existente en el Arco Mediterráneo español (tanto las agroalimentarias como industriales y turísticas) gracias a la reducción del coste de transporte, la mayor flexibilidad y seguridad, así como el mejor acceso a los mercados europeos que genera.
En el momento actual y en el inmediato futuro, la construcción de la doble plataforma para el tráfico de mercancías y pasajeros constituye una actuación de gran impacto en todo el tejido productivo del país, debido a la demanda de materiales de construcción, equipamientos, servicios de distinta índole y material de transporte que su ejecución trae consigo, con los consiguientes efectos sobre múltiples sectores y la generación de empleo y desarrollo de conocimiento que esto conlleva. Es, por tanto, el instrumento idóneo para impulsar y consolidar la reactivación económica y el rápido crecimiento del empleo. Pero en la medida en que supone un cambio fundamental en la movilidad y la descarbonización de la misma, constituye un importante instrumento de desarrollo sostenible. No es casual que el programa del nuevo presidente de los EEUU incida en este instrumento para reactivar la economía e impulsar el desarrollo sostenible en su país. En nuestro caso, además, hay que unir la facultad que tiene el Corredor para desviar una parte importante del tráfico de mercancías entre Asia y Europa del norte, con el consiguiente efecto en la actividad productiva nacional, la atracción de inversiones y la reducción del impacto ambiental del principal tráfico internacional de mercancías del mundo.
La actual coyuntura que estamos viviendo presenta una excelente ocasión para dar a esta estratégica infraestructura el impulso definitivo para su realización.
España recibirá 140.000 millones de los fondos europeos de reconstrucción hasta 2026, donde se prima la inversión en proyectos tractores que sean capaces de fomentar la recuperación y transformación de nuestra economía en torno a cuatro ejes transversales: la transición ecológica, la transformación digital, la cohesión territorial y la igualdad de género, tal y como recoge el plan “España Puede”, presentado por el Gobierno de España.
Considerando las ventajas y cualidades estratégicas del Corredor, especialmente en el contexto que vivimos, y el hecho de que el Fondo de Reconstrucción Europeo tendrá un fuerte componente centrado en las infraestructuras, el ministro de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana tiene excelentes argumentos para convencer al gobierno de España de la trascendencia estratégica del Corredor, y conseguir el total apoyo a una acelerada ejecución. Esperemos que de una vez por todas a la razón económica, social y ecológica se una la voluntad política.
(Mediterráneo PRESS)