El mundo. EFE
Parte de las instalaciones del Centro Espacial Johnson quedaron inundadas tras el pasó del huracán y sólo está trabajando el personal mínimo para operar la Estación Espacial Internacional. Su reapertura está prevista para el martes.
Además de llevarse por delante la vida de casi medio centenar de personas, inundar localidades y destrozar viviendas e infraestructuras, el voraz huracán Harvey ha causado problemas al mítico Centro Espacial de la NASA en Houston.
El Johnson Space Center (JSC) cerró el pasado 25 de agosto para proteger tanto sus instalaciones como a sus empleados, a los que la NASA instó repetidamente a que no acudieran a trabajar. Sólo ha permanecido en sus puestos el personal mínimo e imprescindible para velar por la seguridad de los equipos y llevar a cabo las operaciones de control de la Estación Espacial Internacional (ISS), la plataforma en la que viven astronautas de forma permanente.
Según ha detallado este domingo la exastronauta y directora del Johnson Space Center, Elena Ochoa, sólo 125 empleados de los 3.200 que trabajan habitualmente allí han permanecido en sus puestos. Los elegidos para no dejar abandonado el célebre Mission Control, la sala desde la que se controlan las misiones espaciales, han convertido en improvisados dormitorios sus instalaciones, como ha ido relatando estos días con humor a través de su cuenta de Twitter Royce Renfrew, director de vuelo en el centro espacial de Houston.
A salvo está el carísimo telescopio espacial James Webb, que será lanzado al espacio en octubre de 2018 y está siendo sometido a las últimas pruebas en Houston. Según ha asegurado Ochoa, tanto «el telescopio como la cámara de pruebas se encuentran en buen estado. Las pruebas seguirán durante la tormenta para controlar el estado del James Webb, cuya misión tendrá un coste total de 8.835 millones de dólares.
El centro de visitantes (Space Center Houston), por su parte, también ha permanecido cerrado al público unos días, aunque reabrió el sábado 2 de septiembre. Según aseguró en un comunicado William T. Harris, presidente del centro de visitantes, sus instalaciones no han resultado inundadas y todo su personal se encuentra a salvo, aunque lamentó que sí estuvieran afectadas las casas de algunos de sus trabajadores. Una parte del dinero recaudado por la venta de entradas será destinado a las víctimas del huracán Harvey.
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