Cuando el economista J. Maynard Keynes, catalogado como el economista más importante del siglo pasado se refería al tema del comercio internacional, señalaba que era un renglón muy importante; que era correcto que las economías nacionales dedicaran una buena parte de los recursos para exportar, siempre y cuando esto no se concentrara en los productos de la canasta básica; la dieta nacional, decía, no debe ponerse en riesgo.
Hoy. usted va al mercado de su pueblo y se encuentra con esta realidad desagradable; las frutas y verduras nacionales encarecidas, situación que anuncia una escasez, artificial o real del producto.
Que, por ejemplo, el limón o el aguacate estén tan caros, de inmediato se culpa a los narcos y al gobierno de los Estados Unidos; no les falta razón, sin embargo es la mitad de la verdad; afectivamente; la violencia ha ocasionado una escasez ficticia del producto mediante la vandalización; no permiten la cosecha del producto en regiones en que termina por echarse a perder el producto, y el que llega al mercado, termina vendiéndose a un precio prohibitivo; no es posible que un kilo de limón se venda a 70 pesos…; pero sucede hoy por desgracia.
En realidad, la escasez llega por dos caminos, uno es la delincuencia, el otro es el mercado internacional ávido de bienes de consumo perecedero; la verdad es que si hay productos; sí se está cosechando buena parte de la producción, pero se está exportando, generando una escasez ficticia; pero por desgracia que lastima al bolsillo por donde se le quiera ver.
EL MODELO DE AMLO NO HA FUNCIONADO EN LA DIETA BÁSICA.
Si usted quiere llamarle fracaso, no está muy equivocado (a); cualquier modelo económico que no provee las necesidades básicas de la sociedad tiene que caer en el plano del fracaso económico; esto no es asunto de posturas políticas; es el valorar el día a día de las necesidades alimenticias.
Pero, al margen del problema de por si real y penoso de las frutas y verduras; está la imagen pervertida que identifica a los mexicanos como una sociedad hija del maíz.
¿Qué ha pasado…?
Este problema es añejo, México abandonó los programas de apoyo a la producción del campo en materia de productos básicos; sobre todo a partir de 1988, con el gobierno de Carlos Salinas, quien inició las negociaciones para la posterior firma del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá; de esa forma se promovió la idea de que la riqueza estaba en abandonar los programas de producción tradicional de frijol y maíz fundamentalmente; que lo imporante era el cambio de cultivos para abastecer el mercado internacional; que se dejaría de ser un productor tradicional, por uno moderno… ¡que ahí venían los nuevos ricos del campo! ¡que México pasaría a ser del primer mundo! ¡que era una tontería que el Estado subsidiara la producción de maíz y frijol; que era más recomendable que las familias se vieran obligadas a comprar todo en el mercado…; seríamos ricos al final de cuentas!
Hoy México es uno de los principales importadores de maíz en todo el mundo…
¡Cómo…, si México se identifica como una cultura del maíz; somos la sociedad de los tacos, ¡las enchiladas y los tamales!
Por desgracia, es une mentira que repiten los gobiernos en turno, no es cierto que somos una cultura nación maicera; de hecho, cada año se requiere comprar del exterior: Estados Unidos, Brasil fundamentalmente, más o menos un 35% del consumo nacional.
México produce más menos 27 millones de toneladas de maíz en este momento; y requiere comprar del extranjero de entre 15 y 17 millones de toneladas; en estas condiciones podemos decir que el gobierno actual, al no lograr detener esta dependencia, tiene un fracaso en su camino, que en el mediano plazo se manifiesta con el desorden y dependencia de productos de otros mercados.
Por desgracia pareciera que no hay condiciones para que esto se revierta; por la información de que se dispone, los precios de los insumos para producir maíz se han incrementado de manera grosera; de tal forma que, desde la obligación de comprar la semilla, los fertilizantes y una lista de productos químicos durante el cultivo; se va alimentando la idea de que no vale la pena arriesgarse a sembrar maíz, por sus altos costos y bajos rendimientos o utilidades; ahora se anuncia un nuevo incremento en la tonelada de fertilizante; como el estado dejó de producirlo y les dio a los privados el control de esta producción como simple negocio; entonces, la idea de sembrar maíz y frijol se va reduciendo crecientemente… ¡no es negocio! argumentan…; si se va a perder en la cosecha, prefieren arriesgar en productos más rentables; como tomate, cebolla, papa, fresa…; todo lo que se aboque al mercado internacional…; ¡que otros se arriesguen con el maíz y el frijol!
El mercado internacional necesita más alimentos básicos, resulta importante cuidar esa parte en la vida nacional; México no lo ha hecho; al menos desde el gobierno de Miguel de la Madrid 1982-88, se abandonó la política agraria enfocada a la autosuficiencia alimentaria; con Carlos Salinas 1988-94, se aceleró el desmantelamiento de la estructura financiera enfocada al campo y los productos básicos; la promesa era entrar al primer mundo a ganar dinero como locos; a hacerse ricos con la necesidad de los demás; olvidando que, como lo señaló J. Maynard Keynes, se puede comerciar con otros países bienes que no se relacionen con la dieta básica; pero nunca con los que representa esta canasta.
México lleva seis sexenios en que, en lugar de detener el deterioro de la producción de maíz y frijol, la ha incrementado; somos dependientes de las cosechas de la región maicera de los Estados Unidos.
Ni cómo defender a nuestros últimos siete gobiernos, desde 1982 solamente vemos deterioro en los niveles de producción; en este tema, el actual gobierno de AMLO no se salva; es tan ineficiente como los anteriores.
No nos engañemos ni engañemos; este gobierno no lo ha hecho mejor que los anteriores; guardemos las fobias y filias para otra ocasión; el campo se ha tecnificado, hay nuevos ricos y nuevos pobres por los altos costos y utilidades de productos hortícolas y frutícolas; pero la producción de maíz y frijol es insuficiente…, dependemos de comprarle a otros países.
Esto no es éxito por ningún lado.
Con sana distancia, abracemonos con la mirada y las ganas.