5W Redactor Revista Digital Informativa
Estas actividades se realizan gracias al apoyo del Centro Dramático de Michoacán (Cedram), encabezado por su director general Miguel Ángel Cárdenas Sánchez, quien gestionó el respaldo con distintas asociaciones y organizaciones no gubernamentales de Guatemala, tales como Sagrada Tierra, La Otra Cooperativa, Organización Mejorha, Cooperativa Manos Unidas y activistas como la francesa Christine Colombini.
Este proyecto cuenta con el apoyo de las secretarías de Cultura Federal y de Michoacán, el Centro Nacional de las Artes, la Fundación Sertull, La Casa del Teatro y el mismo Cedram.
Las actividades artísticas del colectivo en Guatemala se realizan del 21 de mayo al 19 de junio. Hasta el momento se tienen planeadas 20 funciones a desarrollarse en comunidades mayas de tres departamentos del país vecino, como lo son Petén, Alta Verapaz, Guatemala y Chiquimula.
Cabe señalar que la comunidad indígena de Guatemala representa el 41 por ciento de la población total de ese país, donde a su vez, la etnia más numerosa es la Maya, con el 40 por ciento de la población indígena total, conformada por 22 comunidades lingüísticas, un gran porcentaje de las cuales no dominan el idioma castellano.
Es en este punto donde se resaltan las bondades de la obra “Maraca y Pandereta, una historia en Do Mayor”, misma que se vale del teatro, la danza y el clown para su interpretación, la cual, al no requerir palabras para su comprensión, rompe la barrera del idioma y hace del arte escénico un lenguaje universal, idóneo para acercar este tipo de expresiones a dichas comunidades.
Con duración de 55 minutos y apta para el público familiar, “Maraca y Pandereta, una historia en Do Mayor” es dirigida por Liliana Fraga Izaguirre, quien también interpreta a ‘Pandereta’, mientras que José Ramón García Pérez encarna a como ‘Maraca’.
Esta propuesta escénica aborda de una manera sencilla la complejidad de la convivencia humana, resaltando la importancia de vivir los valores como el respeto, la amistad, el perdón, el amor y la fraternidad.
Esta obra cuenta con una trayectoria de más de 500 funciones en México y una gira en el extranjero. Entre 2016 y 2017 el colectivo compartió este trabajo con más de 50 mil personas en comunidades indígenas y en situación de vulnerabilidad en Chihuahua, Oaxaca, Colima, Guanajuato, Guadalajara, Estado de México y principalmente en Michoacán.
