LA ECONOMÍA Y USTED Eliseo Castillo A. – LA COP26… ¡O EL ABURRIDO SE LO DIJE…!

Como lo hemos repetido reiteradamente, mientras el planeta se encuentra al borde del desastre para la vida humana, y con ella varias especies que estarían imposibilitadas de pervivir; las reuniones en que se denuncia tal problema siguen siendo rehenes de los intereses mezquinos de los grupos de interés fundamentalmente económicos, que imponen sus apetitos por seguir acumulando poder económico, al margen del riesgo en que se va dejando la capacidad del planeta para soportarnos.
Con el cierre de la reunión llamada COP26 en Glasgow, Escocia; se deja en claro lo que denunciamos sistemáticamente en este espacio… los gobiernos y las grandes empresas son mezquinos ante la necesidad de la tierra y la humanidad; seguirán imponiendo sus intereses políticos y económicos, desgraciadamente al costo que sea.
Efectivamente, desde Kioto, 1997, ciudad japonesa en que se realizó la primera reunión especializada con el cambio climático, quedó claro que los gobiernos de las grandes economías no iban a aceptar reducir sus niveles de producción y consumo, a cambio de reducir los niveles de contaminación y calentamiento del planeta, buscando aminorar los riesgos de una destrucción del espacio habitable por los humanos…; en esa reunión, el gobierno de los Estados Unidos se rehusó a firmar el compromiso o acuerdo de Kioto97.
París2015 solamente dejó el sabor de boca de que, a sabiendas de que el calentamiento de la tierra era inminente; luego de encendidos discursos oficiales, de manifestaciones y protestas de los llamados “no invitados”, o asistentes incómodos, que, agrupados en Organizaciones no gubernamentales, se apersonan y protestan con los argumentos y recursos de que disponen, se llegó a un acuerdo de buenas intenciones…; que luego de seis años, en nada han cambiado el panorama sombrío en que se debate el planeta.
Por el contrario, pareciera que ha sido un grito de salida para acelerar la guerra económica en que, China, nuevo líder se hace presente con toda la fuerza de su gran maquinaria industrial disputando todos los espacios comerciales que ofrece el mercado internacional. Hoy no hay duda que lo que más importa es ganar, acumular riqueza; ser el más rico del mundo; que las revistas especializadas (Forbes fundamentalmente) lo publiquen; ganar más…, al costo que sea.
Los acuerdos de Glasgow, dejan nuevamente la constancia de que por encima de los derechos de las próximas generaciones para seguir teniendo un lugar habitable; lo que ha privado es el interés de quienes tienen el control sobre los recursos de esta tierra.
Desde luego, ni el gobierno de China, el de Rusia o los Estados Unidos se ha sumado a una promesa en firme para reducir los niveles de contaminación que generan con su actividad industrial; incluso La India, un país evidentemente pobre, con la peor política natal del mundo (hoy casi tiene la misma población que China, con al menos 1300 millones de habitantes, contra unos 1400 millones) se ha negado a compromisos suficientes para reducir su actividad industrial que lo hace uno de los más sucios en esa matera en el mundo, después de China, Estados Unidos y Rusia.
¿PORQUÉ SE FRACASA EN ESTAS REUNIONES…?
Muy simple, los gobiernos tienen más intereses en común con los grandes empresarios que con el resto de la sociedad; a esta se le puede controlar mediante pequeñas contribuciones sociales: vigilancia policiaca eficiente; generación de empleos y una política de salarios que les haga creer que pueden dejar de ser pobres en algún momento de su vida; regularmente este sueño termina cuando llega el momento de despedirle, o en el mejor de los casos, jubilarle.
Se les puede mantener contentos con calles medianamente limpias y encementadas; servicios de transporte suficientes, y un sistema de salud que, como sea, pero que funcione.
A cambio, la llamada base social está dispuesta a seguir soportando a los mandatarios en turno, los va a seguir religiendo y apoyando.
En cambio, los gobiernos prefieren negociar directamente con los grandes empresarios, dueños de las grandes empresas y fortunas, para decidir el rubo que ha de lleva el país en general.
Ahí está la explicación del fracaso de estas reuniones de buena voluntad, pero con una agenda que, de ninguna manera van a modificar a favor de la tierra.
Ese es el corazón del fracaso de las reuniones internacionales en favor de la tierra…
¡Nada ha de cambiar en este mundo si no deja ganancias para los que controlan las decisiones de los gobiernos…; y estos no son la sociedad en general; estos quieren trabajo, salario, casa, coche, y sentir que son los dueños del mundo…:”su mundo” comprado en una agencia de viajes que les ofrece el mundo  a pagos en abonos y sin intereses…”!
Tales son los resultados de la reunión de Glasgow, los invitados oficiales y los no oficiales saben que nuevamente se fracasó; que los negocios se van a llevar al diablo al planeta; lo saben los gobiernos, los empresarios, los ecologistas; cualquier profesor medianamente ilustrado; sin embargo, igual sabemos que la maquinaria industrial no se va a detener por buenas intenciones; todo se reduce a los intereses empresariales; estos seguirán siendo el motor de la desgracia de la humanidad; lo sabemos, pero la codicia nos dice que seguiremos aplicando la máxima de…: ¡de que otro se lo lleve, me lo llevo yo…; nada personal, solo negocios…; si soy el más rico del mundo, qué me importan los demás!
Los acuerdos de Glasgow nos dicen que los gobiernos y las grandes empresas seguirán jodiendo el planeta, y nos seguirán chantajeando con la zanahoria y el garrote-desempleo: el que se prepare puede tener un buen salario, puede tener más poder de compra de las cosas que se les ofrecen en el mercado; puede ascender en las empresas; cuestión de echarle ganas y no protestar.
Y el calentamiento global sigue aumentando; la población crece, no hay empleos para todos; ni los va a haber en el futuro; por el contrario, cada vez será más complicado tener uno de manera relativamente estable; sin embargo, pareciera que eso no será tema de debate entre las naciones; la movilización permanente de millones de personas por todo el mundo sin encontrar solución a sus problemas lo atestiguan…; pero eso no será suficiente para que gobiernos y dueños de las grandes empresas se detengan a repensar el holocausto en que nos hemos metido.
Seguiremos siendo reporteros de las especies que van a desaparecer durante este 2021, el siguiente 2022, y en el futuro inmediato…; la condición humana no es por desgracia la prudencia y
modestia; es el apetito interpretado desde 1776 por Adam Smith: la ambición…, la codicia.
Los acuerdos de Glasgow COP26 lo atestiguan.
Le abrazo.

About Bertha Guillermina Castellanos Arciga

Periodista, Reportera, Editora y Directora General de la Revista Digital Informativa: 5W Redactor.

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