Por: Eliseo Castillo A.
Preocupa a cualquiera que sea consciente del tamaño de la pandemia que nos mantiene en vilo, que, por encima de la salud social, se anteponga la salud de los negocios; la economía por delante de la vida.
Desde luego, como economista, mi función se debe centrar en hacer que el sistema económico tenga sentido, tanto social como productivo-distributivo. La realidad actual nos reta a entender el contexto sanitario en que vivimos, y el nivel de riesgo del mismo.
Las cifras de contagios diarios van a la alza; no hay forma de ocultar los datos, los hospitales vuelven a llenarse; ahora los pacientes son dominantemente de edades menores a las anteriores; eso refleja la falta de vacuna en los jóvenes; eso se entiende, en un mercado controlado por las grandes farmacéuticas, y la carencia de recursos para obtener lo que hay; pero igual refleja la falta de conciencia y responsabilidad de los grupos hoy más vulnerables: todos los jóvenes con capacidad de movilidad e integración con otras personas; se convierten de esta forma en t
Transmisores del Covid-19.
No es normal lo que se intenta normalizar en estos días con tal de mantener el crecimiento de la economía; en las cifras oficiales, no es posible que estemos aceptando que es normal saber que al menos se están contagiando entre 15 000 y 20 000 personas por día, y que, por desgracia, lo minimicemos con el pendejo argumento de que… ¡pero ya no hay muertes como antes…; ya mueren menos; además, mueren jóvenes inconscientes que no se cuidan; van a fiestas, ¡bares…!
¿Se acuerda cuando hace un año se elaboró el otro igual, discurso pendejo, de que…; los que se están muriendo son los viejitos …?
¡NO, NO, ¡y NO!
Entiendo la reflexión, igualmente elaborada por los gobiernos del mundo para abrir las fuentes productivas, de comercio y turismo; ¡o abrimos…, o morimos de hambre…!
El gobierno de AMLO es parte de esta tendencia; puedo entender sus buenas intenciones y su obligación ante el país; después de todo, cada gobierno nunca deja de estar en campaña; necesita de la popularidad que da el apoyo manifiesto de las masas; en eso es tan igual al resto de los gobiernos, que mal haríamos en aplaudirle ese gesto; que por otro lado me parece inadecuado; viene bien desacralizar a las figuras políticas, por muy afines que se sea a las causas que podemos perseguir.
Hoy, el gobierno francés se encuentra alterado por el número de contagios y ha decidido exigir certificados Covid para poder asistir a centros de convivencia social; hay protestas… ¡curiosamente el mundo no se manifiesta en contra del presidente francés..; como lo hicieron con Cuba; donde se rasgaron las vestiduras exigiendo libertad para los cubanos; y sobe todo, desde el gobierno de Biden para seguir jodiéndolos…,y como lo recalcó ante los posibles lectores de Florida (republicanos enemigos de su partido) …, aún no han visto nada de lo que va a hacer en contra de la isla y sus gobernantes…!
Por desgracia, el reporte de hoy lunes 26 de julio de este 2021, nos dice que en la isla de Cuba se reportan más de 8 000 contagios solamente de ayer; la cifra de muertes igual se ha incrementado, pues rebasa los 200 diarios, situación, según los médicos de la isla, provocada por las manifestaciones de estos días pasados tanto en favor como en conta del gobierno.
Sin embargo, por raro que le parezca.
Quizá el ejemplo más descarnado de la preeminencia de los intereses económicos sobre las relaciones sociales y de respeto a la salud mundial, lo estamos viendo en las tristes Olimpiadas de Tokio; desde la misma inauguración, el mensaje fue brutal… ¡el vacío…, el silencio por encima de todo, fue lo que se le vendió al mundo; el vacío en medio de atletas estéticamente fastuosos, cuerpos espectaculares; sedientos de sonrisas prohibidas y ocultas tras cubrebocas!
Triste ejemplo de lo que son los intereses económicos por encima del bien común; penosa actitud de los conductores de las televisoras que nos imponen la necesidad de vender el producto como lo mejor que nos puede pasar cada cuatro años.
Eso es lamentable; se nos está invitando a normalizar la pandemia y la muerte por contagio de Covid, con la estúpida conseja de… ¡total, los que se están contagiando y muriendo son los jóvenes que no respetan nada…, que se mueran…!
¡recuerda como se fueron normalizando las masacres a nivel nacional durante el sexenio de Fox, y luego de Calderón bajo el calificativo grosero de que… ¡son los narcos que se están matando entre ellos…!
Los que nos opusimos a esta afirmación fuimos vilipendiados; con el tiempo demostramos tener la razón; en esta columna lo ratificamos con la sentencia terrible del poeta John Donne (1572-1631) que nos dice en un poema… “No preguntes por quién doblan, las campanas doblan por ti”.
Nunca…, nunca nos regocijemos del mal ajeno, las campanas doblan por la humanidad que, si no muere de pandemia; muere de hambre o de codicia; por encima de todo la ganancia; la acumulación de más riqueza; aunque al final la usemos para burlarnos del mundo desde un cohete espacial gritándole al mundo que le vale madre que la humanidad muera de Covid, si a cambio la acumulación de la riqueza llega a sus manos…
La broma de como la economía domina al ser humano, su hambre y su necesidad de tener un empleo y seguridad, fue manifiesta hace una semana o menos, cando a un equipo de vóley bol femenino se le multó… ¡por usar short como los hombres, en lugar de usar solamente pequeños bikinis!
Si sabe usted por qué…, ¿verdad?
Por que parte del producto comercial consiste en vender el cuerpo de las esbeltas y hermosas mujeres para las transmisiones por televisión…; las nalgas como producto fundamental para rescatar el comercio de las olimpiadas; por encima de todo, primero los negocios…; tan acostumbrados como estamos, desde nuestra comodidad medio misógina; las nalgas de las hermosas competidoras son un atractivo visual altamente rentable.
Es una vergüenza, pero es otro ejemplo de como nos van condicionando los gobiernos, AMLO incluido, para aceptar como algo normal la mortandad y contagios por Covid, como algo inevitable a cambio de que la economía mundial vuelva a crecer…
Molesta saber que los gobiernos no se preocupan mucho sobre la forma en que se distribuye la riqueza…; preferimos seguir aplaudiendo y envidiando a los mega millonarios y verlos como ejemplos a seguir…; aunque la tierra y sus condiciones de vida se vayan al diablo.
Normalizar la violencia por la pandemia es parecido a normalizar las masacres de los grupos armados que siguen asolando este atribulado país; al margen del lamentable y pendejo discurso de A
AMLO cundo afirma que ¡ya no hay masacres como antes de 2018…!
Está tan jodido como yo que deseo un país con menos militares; siempre menos, siempre menos.
Le abrazo…, con el respeto de seguir cuidándonos por favor
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