En la vida en general, hay momentos y expresiones de quiebre que hacen que las cosas regularmente no sean lineales; eso genera posibilidades de distinguir los eventos y darles dimensiones específicas; de esa forma podemos narrar la historia de manera más atractiva; no como una lista de eventos encadenado de manera simple.
En el caso de la historia del periodismo en México; para esto, bien nos haría recurrir a Carlos Monsivais, el gran Monsi; y a Rafael Barajas El Fisgón, quizá el caricaturista más reconocido en la actualidad, luego de la desaparición de Rius.
Los periódicos y los periodistas son dos figuras totalmente públicas; totalmente expuestas a la calificación y señalización de un reducido pero fuerte grupo de lectores. Por desgracia estos nunca han sido mayoría; por el contrario, representan a un pequeño segmento de las clases medias ilustradas, quienes se asumen como la conciencia de una sociedad.
La delgada línea entre los buenos periódicos y periodistas, y los que se salpican y bañan en la inmundicia del chayote, la extorsión y chantaje, en ocasiones se reduce al mínimo, se llega a tener cortinas de desinformación tales que pueden alimentarse hasta de buena fe.
La historia tiene la función se rescatar la memoria social, dar fe de que, en determinados momentos sucedieron ciertos eventos realizados por determinadas personas; el siguiente paso es interpretarlos con la capacidad de la neutralidad o la parcialidad que contenga quien los toma en sus manos.
De periódicos y periodistas parciales o leales por convicción…
El Doctor Arturo Warman, alguna vez, en el Colmich, nos dijo al respecto que, para el lector de periódicos, cuando consulta su horóscopo en un diario crítico y relativamente objetivo, si no le gusta lo que este le indica para su día, según su signo sodiacal, bien puede dejar esta fuente y consultar uno que se le acomode; que le diga lo que quiere leer. Decía, si La Jornada era dura en su pronóstico, pues simplemente consulta Novedades o El Heraldo de México, todo resuelto, leerá lo que necesita leer.
Durante el levantamiento insurgente del EZLN (Ejército Zapatista de Liberación Nacional), su líder Marcos fue enfático al respecto; de golpe señaló a las fuentes de información y desinformación que él consideraba en el país, y como se manejarían con las mismas; menciona que solamente aceptará como interlocutores para la información a tres periódicos y una revista; La Jornada, El Financiero, un periódico local de Chiapas, y la revista Proceso; el resto de medios quedaba descalificado.
Así de simple, así de ruda es la realidad.
Cuatro etapas de violencia periodística y desprecio a la verdad…
Sin hurgar mucho en la historia del periodismo en el país, sin mucho esfuerzo podemos identificar fácilmente cuatro momentos fundamentales en que el periodismo (periódicos y periodistas) ha estado en el centro de la vida social en su lucha por mantenerse vigente como fuente y mecanismo de interlocución entre medios e intereses sociales (el periódico como medio para llevar la información a la sociedad en lo posible).
Juarismo; maderismo; 1976, Echeverría y Excelsior; 2018, y el cambio de régimen
En cada una de estas etapas, el periodismo nacional ha sido puesto en el reto de mostrar cuál es su fin último; alimentar la duda con consigna, que en palabras simples representa el llamado periodismo mercenario, abastecedor del tristemente célebre chayote; manejo y perversión de la información manipulada a cambio de un precio; así de simple.
La información vertida tanto por Monsi, como por el Fisgón, nos señala que nunca se ha atacado tanto a un presidente como en la época del presidente Juárez en el siglo XIX; obviamente estaba a afectando los intereses de la clase alta nacional y extranjera; pero sobre todo los intereses económicos del Alto Clero católico; se enfrentó al peor enemigo posible: la iglesia católica.
Juárez era catalogada y exhibido como un simple indio que no les representaba; era una vergüenza con la que no querían cargar; por eso se fueron a Europa a buscar un príncipe rubio que quisiera venir a gobernarles a ellos…; así trajeron totalmente engañado a Maximiliano; su final es triste y penoso.
A Juárez se le atacó, se le ofendió, ridiculizó, lo importante era manifestar que no les representaba; la prensa se dividió entre un pequeño grupo de defensores de las leyes nacionales, y una gran mayoría que se alineó con los criollos resentidos que nunca se sintieron representados por un indio.
El resultado, lo sabemos; el periodismo de su tiempo se exhibió como mercenario en una buena mayoría; para eso sirve la historia…, para no olvidar quien es quien ante la verdad.
Durante la Revolución mexicana, con Madero en el poder, el periodismo se fue contra un presidente decente, honrado; pero que tenía sus manifestaciones inclinadas a creer en un mundo más allá de este, donde la metafísica estudiada en sus viajes a Europa le marcaron para el resto de su vida.
Buena parte de los periódicos y periodistas que originalmente le apoyaron, se le voltearon, y en lugar de apoyar la tarea presidencial, diseñaron la caricatura del mismo como la figura para reírse, mofarse, y criticarle por sus ideas espiritistas.
Es vergonzosa la tarea periodística en general, desarrollada durante el maderismo (1911-13), los resultados los sabemos, Madero fue sacrificado, la prensa recompensada por sus oficios de manejo de la información; el país metido en una etapa de oscurantismo informativo.
En 1976 Echeverría decidió que no seguiría aceptando la critica desde un periódico que mantenía una actitud poco dócil; sus periodistas y analistas del periódico Excelsior no se alineaban a las necesidades del presidente y sus intereses; la editorial del periódico se alimentaba del discurso duro de Julio Sherer; no era un periódico que aceptara las reglas de “te pago y me aplaudes”.
El resultado lo sabemos, el golpe a la información desde la presidencia ha sido tan documentado, que resulta penoso ver sus acciones y repercusiones; Excelsior fue atacado, debilitado en su credibilidad; expulsando al grupo de periodistas que lo dirigían y mantenían con un alto nivel de credibilidad, se le dio un golpe de estado al periodismo nacional.
Lo único bueno de todo esto es que este grupo de periodista perseguidos laboralmente formó cooperativas de la información; así nace el periódico UNO MÁS UNO, luego EL Semanario, y después La Jornada; y desde luego la revista que pasó a ser la referencia de toda necesidad de información confiable: la Revista Proceso.
2018 y la llegada de un naco al poder…
Las televisoras y una buena parte de la prensa escrita acostumbradas a dar su consentimiento o rechazo a los gobernantes en turno, decidieron que AMLO no solo no los representaba, que, además significaba un personaje de baja ralea; baja calidad social que no tenía por que gobernar el país.
El último viaje a Estados Unidos revela el tamaño de la rabia con que lo ven y lo detestan; critican ver que los paisanos le quieran y lo reciban con mariachis; acusan de que s e g u r a m e n t e que es gente acarreada para que le lleve mariachi; como al parecer, se les agotaron sus recursos para seguir gritando sus críticas a su gobierno y a su hijo menor, del que hacen escarnio por su figura.., siendo un adolescente pbeso (¡no quedamos que está prohibido meterse con los niños…!).
Como las críticas al gobierno actual no han logrado hacer lo que esperan, es decir fomentar el tan sobado golpe de estado blando, tan diseñado y apoyado desde 2018, incluso antes de que el presidente tomara el poder; ahora con la entrevista del presidente con Biden ha sido usado como vergonzoso argumento para decir que este presidente, por muy popular que sea, sigue siendo un naco…, una persona no grata a sus ojos…que es como la muñeca que se viste de seda, pero nunca deja de ser muñeca.
Como, al parecer, no tienen muchas ideas, se les ocurre de manera tremendamente “sesuda” que lo que importa es… “su lenguaje corporal…, su traje que no es de los verdaderamente caros; como debe ser ; las razones de por que es tan naco y corriente AMLO, que se sentó incorrectamente; no se desabotonó el traje, mientras que Biden si lo hizo; tenía en sus manos unas hojas como cualquier tinterillo de oficina; permitió que le llevaran mariachis… (¡que naco) en lugar de una orquesta filarmónica, por lo menos de Nueva York; ni siquiera le ofrecieron un gran desayuno para posar ante la prensa”.
El lector ante el periódico y el periodista.
Si usted está enganchado en esta dinámica desinformativa con que se ha colmado el espacio periodístico, le invito a evaluar lo que está haciendo con la formación de sus conceptos ; algo malo pasa cuando los medios de información más poderosos de un país se ocupan por estas nimiedades; algo malo pasa cuando los televidentes y lectores lo reciben de manera pasiva. Es así que, sin la mañanera, AMLO no habría durado ni el primer año de gobierno.
Hoy los periódicos y los periodistas escriben una página que habrá de relatar la historia; parece que será, por sus prendas, una página muy dura…; penosamente.
¿Y usted, se molesta, se ríe o le es indiferente tanta tontería que ocupa espacios en noticiarios y medios escritos…?
Hasta eso es su derecho…; las consecuencias son regularmente sociales.
¡La historia lo registrará…!