Por: Eliseo Castillo A.
En estos tiempos tan terribles como los que atraviesa nuestro país, donde un presidente “venderecursosquenolepertenecen” (así todo junto para manifestar el reclamo de una persona, que se asume como crítica de todo político que usa la impunidad para abusar de los demás) se dedica a ofrecer los recursos naturales que no le pertenecen, a una muy selecta pandilla de oportunistas disfrazados de inversionistas, que habrán de apropiarse de lo que un día fue orgullo de la historia nacional.
En estos tiempos haciagos, en que se informa…, para variar, que México es el país mas violento e inseguro del continente; y el cuarto a nivel mundial; solamente mejor que La India; Camerún y Filipinas; es inevitable que esto impacte en las relaciones sociales que regularmente acercan a las parejas en su cotidianidad.
La información oficial del INEGI nos indica que cada vez se incrementa el numero de divorcios; y que, contrario a lo que se ha creído; no es solamente entre parejas relativamente jóvenes que está sucediendo este hecho social; no, nos dice que el divorcio se está solicitando entre personas de diversas edades; y, aunque la causal más recurrente es el aspecto económico; una razón de mucho peso se refiere a la ilusión sobre la que se monta regularmente el convenio de unión…, la supuesta existencia del amor.
¿usted se casó…, se juntó o ayuntó por amor?
Por desgracia en ocasiones se abusa de las expectativas racionales que en economía llamamos: esperanzas , siempre y cuando el resto de actividades se comporten sin cambio; aclarando que esto es poco menos que imposible, y que lo único cierto es que todo está en constante cambio.
Por eso resulta que a cada rato, las parejas entran en crisis por medio del reclamo perversamente falso de que …¡no me puedes dejar…, eso no es posible, pues nos amamos tanto ! paradójicamente se dice con la convicción ingenua de quien se asume como una persona totalmente merecedora de ser amada.
Este es el gran problema; que en no pocas ocasiones hemos confundido: amar…, ser amado…, y amantes. Por eso , a cada rato se joden las relaciones de pareja, por las altas expectativas que pone una de las dos personas en la misma. Vamos: si yo creo amar, si siento y digo que te amo…¡luego entonces tienes que amarme…tienes que entenderme, tienes que darme la razón! por tanto es lógico que tengamos una relación muy amorosa…¡por que yo te amo!
Como no nos enseñaron a entender, que en las relaciones de pareja no necesariamente sucede el fenómeno amoroso y el encanto de la voluntaria dependencia mutua; en ocasiones algunas personas se separan reclamando que lo hacen por que….¡por que ya no les aman como les amaban…, claro, desde su perspectiva equivocada de creer, suponer y esperar, que el ser amado o deseado les ame a imagen y semejanza de sus necesidades y expectativas!
Es gran error y absurdo suponer que….¡por que yo te amo…, tu debes amarme! es el gran engaño en que nos montamos para suponer y reclamar cosas fuera de la realidad; en ocasiones somos tan convenientemente ingenuos que depositamos muchas obligaciones en la otra persona…, claro, por que le amamos, le deseamos y pedimos; en ocasiones exigimos que nos ame tanto o más que nosotros.
Por desgracia se incrementa la cantidad de divorcios bajo el argumento de que ¡por que ya no me ama como antes…! Dándole a esta parte de la vida en pareja un lastre casi imposible de salvar; ya lo hemos comentado, en términos absolutos, tangibles, el amor nunca ha existido, el amor no existe; pero si existen procesos emocionales , sentimentales que nos acercan a determinadas personas para decirles que son tan especiales que les queremos de manera especial y casi exclusiva que nos hace pensar y asumir…¡que les amamos! esos sentimientos y emociones son una contradicción emocional deseada, que nos hace elevar a niveles inapropiados a las personas que asumimos estar amando.
Todo es hermoso…¡hasta que reclamamos, que como NO nos aman como les amamos…pues queremos separarnos!
¿Quién vive o vivió realmente engañado…?
Le abrazo con cariño.
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