La representación de un República como México, si bien es cierto que recae en
los tres poderes de la unión a los que desde 1813, se encontraban en los
Sentimientos de la Nación descritos como; El ejecutivo, Legislativo y Judicial, se
llegan a limitar en la actualidad con el capricho de un presidente que tiene la
mayoría en el congreso y entonces el único contrapeso, lo podría encontrar en el
Judicial, pero como siempre ha visto que dos contra uno, los que ganan son los
primeros hoy, nos ha alcanzo una especie de autoritarismo y una sola voz de
mando que, dicta lo que se debe ejecutar y legislar en las cámaras; alta y baja.
Para quien así no lo crea basta ver a la ex secretaria de gobernación del
presidente en turno, presidiendo el senado de la República.
Si bien es cierto que cada mujer y cada hombre tenemos nuestro propio criterio,
no es complicado comprender, que cuando le debes a alguien tu cargo político (en
este caso se lo deben al presidente), es casi imposible salirse del pesebre o del
mueve la cuna (otra vez el presidente).
México, tiene un Ejecutivo, que como nunca antes, pasó o transitó por todos los
partidos políticos, y una mujer ( Sánchez Cordero), que ha sido parte del Poder
Judicial, como Ministra, del Ejecutivo, como segunda a bordo del Presidente, y
ahora como Presidenta del Senado, por lo que al país le tendría que ir muy bien, al
tener a personas que saben de política, de leyes y su aplicación así como de
legislación, sin embargo, a muchos nos preocupa esa falta de tacto que puede o
debe tener un líder, que al visitar otro país, es incapaz de encontrarse con el
mandatario de dicha nación, dicho sea de paso, la segunda visita de Andrés
Manuel López Obrador, a Estados Unidos, y mientras en la primera se reunía con
el entonces presidente saliente de aquella nación, hoyo solo se limita a estar en
las oficinas de la ONU, no es acaso una falta de cortesía, o de respeto estar en la
sala de una casa ajena y sabiendo que se encuentra el dueño, se le evita, se
esconde el visitante y no se saluda.
Es grave, que un gobernante actué por capricho, impulsos o alguna condición
personal, pues representa a los migrantes con los que no se quiere reunir (sabrá
Dios por qué), y que también son mexicanos, es grave que se ampare para no
vacunar a los que casi casi obliga a ir a tomar clases, es decir a los menores de 17
años. Ojalá que para esta entrega alguien le haga entrar en razón y recuerde que
estamos por entrar a la temporada de fríos que incrementa las enfermedades
respiratorias.
Se suman más manchas al tigre, primero descalificando a los adversarios,
señalando a los medios que no se alinean, después metiéndose con las
instituciones autónomas, que no se cuadran como la UNAM, el INE e incluso el
CONEVAL.
El carácter del mexicano, se reconoce por “entrón”, apasionado, más no sonso o
estúpido, para no saber qué hace falta un líder de verdad, que sepa respetar y
responder adecuadamente, no que alborote el panal y se eche a correr, o que use
el poder que tiene con los medios o su mañanera y se acueste o esconda la mano.
Hace falta más equilibrio en los poderes y conciencia en el Presidente, pues, así
como las reglas de operación de los programas que dan dinero sin exigir un
mínimo esfuerzo que no se les ve pies ni cabeza, no se vislumbra un buen puerto
al que teniendo de frente al dirigente del país más poderoso del mundo, se le
ignora o se le da vuelta, pues esa acción en mi pueblo, tiene otro nombre.
Tal vez que nos quede como esperanza sin perder las posibilidades de que
nuestro presidente entre en razón, sea que llegue el 2024, y más allá de las
descalificaciones o las consultas ciudadanas, que no son claras en su forma ni en
su fondo, el mexicano meceré un líder que piense en las siguientes generaciones
y no en las siguientes elecciones.
Está empeñado el futuro de México, y en riesgo la estabilidad por la pandemia
mundial, por lo que más que nunca se requieren aliados y amigos, y la actitud de
AMLO, no abona a las amistades, sino que además de dividirnos entre chairos y
fifís, y despotricar contra la clase media (que somos algunos cuantos) y que
hemos sido los que sostenemos la nacional.
Que el presidente se centre en acabar con la inseguridad, que limpie su gabinete,
no después de bodas o por caerles en sus “movidas”, si no antes del daño al
erario y a la imagen de aquello que algunos siguen viendo como transformación,
pero para otros representa el gran retroceso.