Las mal llamadas “corcholatas” del Presidente de México, están llevando a cabo sus a todas luces sus campañas adelantadas, y lo están haciendo con sus recursos y los de sus aliados, quedando claro quién maneja presupuesto, quién sólo le mete de salario y también quién tiene más amigos. Hasta el momento queda claro que tanta barda pintada en favor de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, es muestra del recurso que se maneja en la capital del país, como de los (vamos a pensar) buenos operadores políticos al interior del país, mientras que el canciller, ha buscado la conformación de poco más de cinco agrupaciones que se han encargado de hacer ver al Secretario de Relaciones Exteriores como un sujeto preparado, con experiencia y bien visto alrededor del mundo. Por otro lado, los comerciales pagados o la publicidad que han emprendido los seguidores y el actual Secretario de Gobierno del López Obrador, se centra en decir que es el que más ha crecido en popularidad y sus giras al interior del país en clara búsqueda de simpatizantes.
El tapón que llevan las bebidas embotelladas, es la despectiva manera en la que el propio Presidente del sol azteca, decidió referirse a quienes al parecer como pasa cuando se abre una botella, salen votados para caer en cualquier lugar y en éste caso para ver a quien se le postula por esta mejor evaluado en sus procesos o encuestas.
El pasado 5 de junio de 2021, fue cuando se hizo popular la palabra “corcholata”, en la voz del ejecutivo federal, para referirse a los perfiles que, a su consideración, tienen la capacidad para sucederlo en el cargo, especialmente refiriéndose a Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López.
Después de las declaraciones del primer mandatario, algunos que también abanderaron al movimiento de la conocida como cuarta transformación, como Ricardo Monrreal o Fernandez Noroña, no tardaron en apuntarse y le pidieron a su” compañero”, presidente un “piso parejo”, al declararse también estar interesados en contender.
Otros presidenciables, comenzaron a partir de la falta de pericia en las pronunciaciones del Jefe de las fuerzas armadas, a vigilar cuidadosamente a los mencionados por el presidente, una vez que se han venido promocionando en las plazas de las principales ciudades poniendo como pretexto prácticamente cualquier cosa para alabar a su líder máximo y primer mandatario, como considerando que esas acciones le darán el anhelado lugar a la candidatura.
El Presidente de la República, ha sido desde que se le recuerda en su vida político un crítico de las prácticas del antiguo régimen que levantaba la mano de un candidato y todos debían aceptarlo, o disciplinarse, ante “el gallo”, (porque además siempre han sido hombres), pero está haciendo exactamente lo mismo, o peor aún porque está poniendo a competir fuera de tiempo a sus propios correligionarios, lo que está dividiendo, polarizando e incumpliendo con principios, normas y leyes.
En la casa de enfrente “las vacas están muy flacas”, lo que se interpreta como que prácticamente no hay candidatas o candidatos que representen una posibilidad seria de sacar del poder al actual régimen, y es como viles principiantes sólo descalifican todo lo que dice o hacer el gobierno, y hasta señalan o acusan sin pruebas ni en los lugares o instancias en las que deben dirimir cada uno de esos asuntos.
Hoy la corcholata, que fue patentada en 1892, por William Painter, cuyo nombre en un inicio fue conocido como tapón corona, tiene un nuevo uso, y quién iba a pensar que fuera en la política mexicana. Lo que en su momento reemplazó al corcho, hoy pudiera ser aplicado para reemplazar al ejecutivo federal. Lo que llama la atención es que el mundo en el que se inventó la corcholata fue la iniciativa privada, y donde se utiliza aún, es en las empresas refresqueras, que para nada se comparan con las ideologías contra el sistema neoliberal que profesa el Presidente de la República Mexicana.
La analogía como relación de semejanza entre cosas distintas, o como procedimiento lingüístico mediante el cual se crea palabras o expresiones nuevas, o se transforman otras que ya existen, con el fin de acomodarlas a un determinado modelo, en especial morfológico, se incumple por pura lógica, pero esperemos que en éste caso sólo se trate de una alusión del inquilino de palacio nacional y no de lo despectivo que puede llegar a ser quien le siga en el cargo.