Por: Ricardo Burgos Orozco.
El pasado 30 de agosto inició el ciclo escolar 2021 – 2022 en las escuelas de educación básica de la Ciudad de México con el temor de la mayoría de los padres de familia de que sus hijos pudieran contagiarse de Covid al volver a convivir nuevamente con sus compañeros de clase y con los maestros.
Al principio la asistencia fue mínima, de acuerdo a los reportes de la propia autoridad educativa, pero hace unos días la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum aseguró que en centros escolares de educación inicial, jardines de niños, primarias, secundarias y escuelas de educación especial, el porcentaje de presencia se ha incrementado hasta en un 85 por ciento.
Según el director general de Gobierno en la Agencia Digital de Innovación Pública, Eduardo Clark García, afirmó que no ha habido ningún repunte de casos de coronavirus en estudiantes de kínder a secundaria. Por ello, invitó a los padres de familia desconfiados a llevar a sus hijos a las escuelas.
El propio presidente Andrés Manuel López Obrador se mostró feliz por la asistencia de niñas y niños a sus centros escolares y criticó a los directivos de universidades y tecnológicos porque continúan con clases a distancia pese a que – dijo – los contagios han bajado considerablemente.
Dudo de la cifra que menciona Claudia Sheinbaum de asistencia en educación básica de un 85 por ciento en la capital del país. Habría que comprobarlo con las listas de asistencia diaria en cada una de las cinco mil escuelas de la Ciudad de México, algo muy difícil de contabilizar.
Además, todavía hay muchos papás que no sólo se rehúsan a llevar a sus niños a la escuela, sino que evitan vacunarse por diversas razones sin darse cuenta que todos los días están en riesgo y hacen que la salud de sus familias también peligre.
Lo que es cierto es que le hemos ido perdiendo miedo al Covid o nos hemos ido acostumbrando. Lo vemos en las calles con la mayor parte de la gente haciendo sus actividades normales. También es verdad que los contagios han bajado, pero no han desaparecido y ese es el riesgo; igual sigue habiendo fallecimientos. No han parado.
Se calcula que en tiempos normales la matrícula de educación básica en la Ciudad de México es de casi dos millones de alumnos en escuelas públicas y particulares. Sin tomar en cuenta miles de deserciones que ha habido desde que inició la pandemia en marzo de 2020, hay millón y medio de niños en los dos turnos, pero lo dudo.
Lo importante es que sea cierta la información de las autoridades sanitarias en el sentido de que en poco más de un mes el saldo de contagios en las escuelas es de cero. Eso le va a dar mucha tranquilidad a los padres de familia y la razón al presidente López Obrador, quien insistió en su llamado a volver a las clases presenciales del cual muchos no estábamos de acuerdo.