Este 7 de junio se recuerda a uno de los grandes artistas mexicanos del siglo XIX
José Salomé Pina fue, junto con Santiago Rebull, Eugenio Landesio y José María Velasco, uno de los artistas plásticos mexicanos más importantes del siglo XIX. Su obra lo posicionó como retratista y legó pinturas con temas bíblicos.
La Secretaría de Cultura federal y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), a través del Museo Nacional de Arte (Munal), recuerdan al creador del cuadro Agar e Ismael y el de Sansón y Dalila, reconocido por su obra San Carlos Borromeo en la peste de Roma, con la cual obtuvo una beca para continuar estudios en Italia.
Además de la pintura mencionada, el Munal preserva en su acervo diversas obras del creador, entre ellas Autorretrato (s/f), Abraham conduciendo a Isaac al sacrificio (1856) y San Carlos Borromeo repartiendo limosna al pueblo (1853).
Asimismo, es autor de Retrato del arquitecto Juan Egea, Retrato del pintor José María Velasco, Non fecit taliter omni nationi y Retrato del arzobispo Labastida, entre otras.
En el marco de “Contigo en la distancia”, se rememora a Salomé Pina quien ingresó a los 14 años a la Academia de San Carlos, donde fue discípulo del pintor catalán Pelegrín Clavé, y conoció ahí a dos de sus grandes discípulos: Diego Rivera y Germán Gedovius.
En 1851, Pina participó con el cuadro Dalila llama a los filisteos para entregarles a Sansón, y obtener una beca que le permitiera ingresar en la Academia de San Lucas. Dos años después gana el primer premio de composición con Agar e Ismael, despedidos de la casa de Abraham, se dirigen al desierto, lo que le permite regresar a Europa.
Debido al prestigio obtenido con su cuadro San Carlos Borromeo en la peste de Roma, realizó su primer viaje en 1854 a Italia, nación emblemática en la formación de muchos de sus contemporáneos. Cinco años después expuso La Piedad en París, obra que recibió una mención honorífica y que, posteriormente, exhibiría en México. Tiempo después regresó a Italia, donde permaneció durante siete años para completar su formación clásica.
En 1867, Clavé concluyó su labor en la Academia de San Carlos y propuso como sustituto a Pina, quien desde 1869 se dedicó al magisterio.
Fue en 1879 cuando le encargaron realizar una copia del retrato de Hernán Cortés localizado en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento. Ayudado por sus principales discípulos, una década después inició un importante conjunto pictórico para la Basílica de Guadalupe.
Con la edad, su vista se fue deteriorando, a tal grado de verse impedido para continuar con su quehacer artístico. José Salomé falleció en la Ciudad de México el 7 de junio de 1909.