TESTIGOS DE LA HISTORIA…DESDE CADA VEZ MÁS LEJOS Por Ricardo Burgos Orozco

Cubrí durante algunos meses presidencia de la república con José López Portillo y Pacheco. Me tocó estar en muchas coberturas; en aquel tiempo durante las giras convivíamos con el primer mandatario y los secretarios del Gabinete de manera muy cercana, tanto en las ceremonias oficiales como en los recorridos.
Con el paso del tiempo he sabido que los reporteros están cada vez más distantes de los funcionarios, aunque el actual titular del Ejecutivo tenga una conferencia diaria para informar de sus actividades y aparente estar cerca de los comunicadores.

La realidad es que los reporteros, quienes cubren actividades y eventos, son cotidianamente minimizados por los encargados de comunicación de las oficinas de gobierno y sus jefes. Les interesa mucho que publiquen su información y bien, pero no les dan espacios cómodos para realizar su trabajo de la mejor manera.
Se supone que los periodistas son testigos de la historia; va a trascender lo que publiquen con sus imágenes y sus textos, se quedará para siempre, ya sea en medios impresos como electrónicos. Decía un amigo reportero que un día que los informadores se rebelen y no cubran un evento, los funcionarios tendrían que conformarse por trasmitirlo ellos mismos por redes sociales, que, por supuesto,

les daría diferentes resultados, sin el impacto de un medio.
Es cierto que le ha quitado seriedad a la profesión el incremento desordenado de medios, medios “patito” y supuestos reporteros. Ahora ya cualquiera se siente periodista con un celular, un lavalier y abriendo un canal en una red social, ya sea en Twiter, Facebook o Youtube. Los influencers, youtuberos y comentaristas de cualquier canal por internet no son periodistas, aunque en varias dependencias privadas y de gobierno los consideren como tales.

Un ejemplo de la poca atención que tiene el actual gobierno hacia los medios – y varios más en el pasado – fue lo ocurrido el 21 de marzo en la inauguración del aeropuerto civil en la base militar de Santa Lucía, que mereció un breve editorial en el periódico La Jornada, reconocido medio de tendencia izquierdista y abiertamente a favor del actual presidente: En medio de tanto regocijo por los logros alcanzados, sólo hay una queja: ¿Por qué se relegó a fotógrafos y reporteros en el magno evento?

Esa fue la realidad. En un evento de tanta trascendencia y donde los medios jugaban un papel fundamental, los fotógrafos tuvieron que hacer su trabajo como pudieron, relegados hasta el fondo del salón donde se realizó la ceremonia – incluso más atrás de los grupos musicales –, parapetados en un templete mal hecho, mientras los reporteros a unos pocos metros más adelante, igualmente alejados, tuvieron que adivinar lo que ocurría porque ni siquiera les colocaron un monitor. En cambio, un buen número de invitados fueron llevados en avión e instalados en lugares de privilegio.

La prensa mexicana ha perdido cada vez más respeto ante los núcleos de poder político y empresarial. Los periodistas tenemos mucho de culpa; hemos permitido que nos hagan menos y hemos dejado que ocupen nuestros espacios seudo comunicadores que no toman en serio su profesión. Algo hay que hacer para recuperar la dignidad.

About Bertha Guillermina Castellanos Arciga

Periodista, Reportera, Editora y Directora General de la Revista Digital Informativa: 5W Redactor.

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