BLOQUEOS EN AUTOPISTAS, EL DIFÍCIL CAMINO DE LA JUSTICIA

Por Ricardo Burgos Orozco
Hace unos días decenas de residentes del poblado de Río Frío bloquearon la autopista México – Puebla a la altura del kilómetro 63 para protestar por la desaparición de un niño de nueve años, al parecer secuestrado por una pareja en las inmediaciones de la zona. Por fortuna, el menor fue encontrado horas después sin que haya sufrido daño alguno.

Días después, otro grupo de personas habitantes de Chalco, cerraron la caseta de cobro número 7, también en la carretera de Puebla, para exigir resultados a la Fiscalía Especializada en la Búsqueda de Personas Extraviadas, Ausentes y no Localizadas por la desaparición de un joven de 28 años el pasado 31 de marzo.

La toma de casetas de peaje se ha convertido en el modo de familias desesperadas en la búsqueda de algún familiar extraviado, secuestrado, “levantado”, perdido. Es una forma de llamar la atención de las autoridades porque no les hacen caso si van como hijos de vecinos a presentar una denuncia, es lo que han manifestado y no están alejados de esa triste realidad.

Las protestas se repiten en muchos lugares de la república. Las secretarías de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes y de Seguridad y Protección Ciudadana difieren en el dinero que se pierde por la toma de casetas en el país: la primera informa de cuatro mil 121 millones de pesos en 2020 año y la segunda, de mil 305 millones.

Es cierto que el presupuesto que deja de ingresar a las casetas de cobro es muy importante, pero el dolor de las familias al perder a un ser querido, no tiene precio. La gente busca que le hagan justicia a como dé lugar y esa es su manera de protestar, de buscar ser escuchados por las autoridades.

La gente no tiene otra manera. Seguramente presentaron denuncia y los recibieron las autoridades después que estuvieron esperando resultados durante días, semanas, meses y hasta años, pero no les llegan los resultados y los come la desesperación, la angustia. Hay que entenderlos, ser solidarios con ellos y apoyarlos de alguna manera.

Por supuesto, a nadie le agrada estar detenido con tu automóvil durante horas en espera de cruzar una caseta. A lo mejor viajamos con la familia, tenemos un compromiso o un trabajo que nos espera. Pero pongámonos en el lugar de los manifestantes. Seguro ellos tampoco querrían estar parados ahí sin comer, sin dormir bien, cansados, escuchando improperios de automovilistas y camioneros; y lo tienen qué hacer para llamar la atención de las autoridades.

Algo tiene que pasar en México para que la gente no tenga que acudir como última instancia a la toma o el cierre de una caseta o una calle; es increíble que ese tenga que ser el largo y sinuoso camino para llegar a la justicia, si bien les va.

About Bertha Guillermina Castellanos Arciga

Periodista, Reportera, Editora y Directora General de la Revista Digital Informativa: 5W Redactor.

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