LAS PEQUEÑAS COSAS Eliseo Castillo A. “LA IZQUIERDA Y LA GUERRA SUCIA”

Hemos hablado de la guerra lamentable en tiempos de campañas electorales; en este lapso, regularmente se ofrece lo peor de las personas; se tira lodo al por mayor, y las buenas costumbres pareciera ser una cosa anecdótica.
Se dice que la lucha por el poder político lo justifica todo; se rompen las barreras de la discreción y se llega a pensar que, efectivamente, por el poder…, lo que sea.
La derecha, lo hemos comentado, es sucia y tramposa; se maneja con bandera de decente, se apropia del discurso de los buenos de la película, que luchan contra el mal encarnado en la izquierda en todos sus perfiles.
Por otro lado, la izquierda es una forma de pensamiento muy diverso, precisamente en ello está la semilla de su autodestrucción; conocidos son los chistes que cuentan cómo a esta no hay que atacar…, que se destruye sola desde dentro: se argumenta que la soberbia intelectual es una forma de manifestación; que son (¿somos…?) tan creídos, que no hace falta atacarlos, que ellos mismos se despedazan, dado que en su mayoría pertenecen a una clase intelectual que se siente superior.
Efectivamente, la izquierda tiene que luchar más que la derecha por el poder, y cuando lo obtiene, le es más complicado mantenerlo, pues de esta se espera el toque mágico de las soluciones de todos los males, o el castigo de la sociedad que está aleccionada para exclamar…: ¿Para esto querían el poder…? ¡no saben gobernar…, la derecha sí que lo sabe hacer…!
Y en ocasiones no les falta razón, la lucha por los intereses personales es algo muy probable entre los seres humanos al margen de la ideología; pero entre la izquierda como que se nota más.
Lo podemos ver en el caso mexicano; la derecha gobernó por 36 años, desde 1982 en que llegó al poder Miguel de La Madrid y su equipo de tecnócratas neoliberales, cuya ideología se enfoca a abrir el mercado y entregarle el rumbo de la economía en su conjunto; son tan cínicos que llegaron a afirmar, en voz de un subsecretario de comercio (Herminio Blanco), que la mejor política industrial es la que no existe… (sin comentarios, el dios mercado lo sabe y hace todo bien).
El problema de la izquierda es que cuando llega al poder tiene tantos compromisos sociales; dada su estructura ideológica fundada en los derechos de la sociedad, por encima de los del individuo; que resulta imposible ofrecer un gobierno integral que logre satisfacer las necesidades crecientes de la sociedad a quien sirve. Así es como se desatan regularmente las luchas internas dentro de los gobiernos y sus liderazgos; todos se sienten tan brillantes que el que manda termina por ser tragado por los grupos, pandillas y corrientes ideológicas de alguna supuesta vertiente de pensamiento llamado pomposamente “progresista”.
De hecho el ejemplo de cómo se destruye la izquierda en sus organizaciones lo tenemos en el PRD, partido que costó mucho en su constitución…: vidas, despidos de empleos, desacreditación de personas y familias por pertenecer al mismo; pero que en cuanto logro cierto éxito que lo llevó a ser considerado el tercer partido nacional; como se dice vulgarmente: le pasó lo que al éxito…, le sobraron padres y promotores y de ser el partido de los inconformes y los  mugrosos; resultó que ya era atractivo para personalidades que antes le repudiaban, o se alejaban del mismo.
El resto usted lo conoce, le pasó lo que al nopal cuando tiene tunas: muchos lo miraban con simpatía y armaron sus corrientes para apropiarse de ellas…, hasta que prácticamente lo secaron.
Se dice que así es la izquierda, que no hay que atacarla, que sola se destruye por la soberbia con que se comportan sus líderes; todos se sienten lo máximo, sin ser muy religiosos, regularmente se comportan como si fueran la nueva deidad a la que habrá que rendirle respeto.          
​Por desgracia esta característica pareciera que está representando en Morena… ¿observó usted cuántos elegidos por la divinidad se apuntaron como precandidatos a puestos públicos y no aceptaron un no por respuesta…?
¿Usted cree que Salgado Macedonio o Raúl Morón son de izquierda…?
Dada su soberbia al no aceptar hacerse a un lado de sus candidaturas pareciera que si…; peeeero intelectualmente no hay de donde ni como justificarlos y defenderlos, en realidad son parte de las corrientes de oportunistas que aprovechan que el nombre del presiente pesa mucho, el nopal con tunas se llama AMLO, el resto es mero juego de palabras.
La izquierda se destruye por si misma fundamentalmente porque somos muy soberbios y nos creemos demasiado, ser intelectual no nos da derecho a imponer nuestra idea del mundo; lo malo es que no lo aceptamos fácilmente.
Hasta hace un mes, el partido de izquierda Morena gozaba de preferencias electorales muy amplias ante toda la derecha unida PAN -PRI -PRD; les ganaba fácilmente al dos por uno; un mes después y ante tanto pleito interno de los soberbios y creídos líderes y seudo-líderes, esa clara ventaja ya no lo es tanto.
La derecha está asustada, tira basura y lodo por todas partes; son cínicos y sucios; pero, la verdadera destrucción de la izquierda está en su seno; dentro de ella misma.
Es tan complicado que se pongan de acuerdo dos o tres líderes, que son capaces de terminar con el partido pero no dan su brazo a torcer…; hoy lo están haciendo por desgracia.
No hacen falta los videos editados en contra de candidatos agarrando las nalgas de las candidatas, como acostumbra la derecha; la izquierda tiene muchos pleitos sin solución… se cree (nos creemos) tanto.
Le abrazo.

About Bertha Guillermina Castellanos Arciga

Periodista, Reportera, Editora y Directora General de la Revista Digital Informativa: 5W Redactor.

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